La Isla de Formosa (Taiwán), se encuentra a 180 km del este de la China Continental, hasta ahora solo 14 naciones tienen relaciones diplomáticas con ella, incluyendo a Ciudad del Vaticano.
Ocupa el lugar #23 en las economías del mundo, su población asciende a 23 millones quinientos mil habitantes, distribuidos en un territorio de 35.980 km², produce más del 90% de los microchips usados en aviones, automóviles y electrodomésticos.
Taiwán actualmente se encuentra fuera de la comunidad internacional, pero dado que la geopolítica es la conciencia geográfica de los Estados, la misma se encuentra protegida mediante una ley del Congreso de EE.UU.
Formosa produce una enorme cantidad de las semillas agrícolas que se usan en todo el planeta tierra.
Su importancia geopolítica radica en que en la actualidad produce dos elementos fundamentales para el desarrollo de la vida diaria de los pueblos, tales como: comida y tecnología, además de que es el único espacio que le permite a la China Continental tener salidas a mares abiertos.
Según la opinión del experto en geopolítica, maestro Iván Ernesto Gatón Rosa, “una invasión realizada por China a la isla de Formosa (Taiwán) podría significar el inicio del fin”.
De igual manera Taiwán ha sido pionera en desarrollar la industria de la biotecnología, y a pesar de que la política exterior de China establece que quien entabla relaciones diplomáticas con el gigante asiático, no puede tener relaciones con Taiwán, esta última vende a su vecino China más de 180 mil millones de dólares al año, lo que la convierte en el principal inversor en suelo chino, por el encima de los Estados Unidos.
Debido a su importancia política, económica y tecnológica, se ha convertido en un enclavé geoestratégico no solo para China, sino también para la otra superpotencia, Estados Unidos de América.
Dado el hecho de que China es el almacén del mundo, además de que Estados Unidos es el principal socio comercial del gigante asiático; y que la economía a nivel mundial se encuentra en un proceso de inflación, rumbo a una recesión económica a nivel planetario, como consecuencia de la Pandemia generada por la COVID-19, más el impacto económico que ha venido generando la guerra de la Federación Rusa vs Ucrania, una situación bélica entre Taiwán y China sería un desastre total para el mundo.
Se recuerda que el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en su discurso antes del inicio de la conferencia de 2020 para revisar el Tratado de No Proliferación Nuclear, en la Asamblea General de la ONU, el lunes 1 de agosto de 2022, dijo que el mundo está muy cerca de la “aniquilación nuclear”. Presagiando que la humanidad estaría en serios peligros.
Definitivamente nos encontramos a la puerta de un nuevo orden mundial, en el que naciones como China, India, Rusia, Turquía, Irán, Indonesia, Tailandia y otras tendrán un papel determinante, lo que se constituye en cierto modo en un punto en contra del dominio que ha tenido occidente encabezado por Estados Unidos durante los últimos 35 años.
En lo inmediato, la visita de la tercera persona al mando en Estados Unidos desde el punto de vista civil, luego del presidente Biden y Harris, como lo es Pelosi, tendrá consecuencias profundas y las mismas se harán sentir más temprano que tarde, pues China considera que EE.UU, usó como escaramuza la democracia taiwanesa para violar su soberanía.
Es por ello que el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, consideró que “este paso rompe de nuevo la adhesión de Estados Unidos al principio de una sola China, de igual manera entiende que tiene un grave impacto en los fundamentos políticos de las relaciones entre Estados Unidos y China, además de que infringe gravemente la soberanía y la integridad territorial de China”.
No se puede perder de vista, que la visita de Pelosi a Taipéi, ocurre a pocos meses de la celebración de las elecciones legislativas en Estados Unidos, donde los demócratas no la tienen todas consigo, ya que muchos analistas políticos consideran que pueden perder su mayoría y que hasta la propia Pelosi podría salir de la Cámara de Representantes.
Por otro lado muchos analistas de la geopolítica mundial, también entienden, que de lo que se trata es de un pulseo geoestratégico entre las grandes potencias por el dominio de la región indo-pacífico, lo que traería como consecuencia el control del mundo, donde Rusia es considerada como la enemiga oficial, mientras que China es el real contrincante.
Aunque Estados Unidos nunca ha reconocido a Taiwán como un Estado independiente, tampoco la ha abandonado, a tal punto que la mantiene armada militarmente, e inclusive en declaraciones recientes el presidente Biden dijo que “No la abandonarán”. En tanto Xi Jinping, entiende que “quien juega con fuego se quema”.
No hay dudas de que para los norteamericanos Taiwán reviste una singular importancia como aliado estratégico, debido a que junto a Corea del Sur, Japón y Australia, conforman un cordón de seguridad entre la cuenta del pacifico y China.
En esta guerra geopolítica liderada por Estados Unidos y China, muchos serán los caídos y otros los abandonados, mientras la principal industria del mundo, la armamentista donde Estados Unidos tiene primacía se ríe a carcajadas ya que la confrontación bélica entre Ucrania y Rusia le deja grandes beneficios, además de que el gigante del norte ha repotencializado la venta de su gas licuado a los países de Europa, dando lugar también al renacimiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte o Alianza Atlántica, mejor conocida como la OTAN, como principal bloque militar, debido fundamentalmente a la venta de armas a sus países miembros, que se encuentran en la periferia de Rusia o en Europa del este.
En tanto ya se empiezan a sentir los efectos, ya que China ha anunciado una serie de represalias comerciales contra Taiwán, tales como: El bloqueo de exportaciones de arena natural, la cual se usa como componente fundamental en la fabricación de semiconductores, sector en el que Taipéi es líder a nivel mundial, así mismo paralizó la construcción de una planta de producción de baterías de litio para el suministro a empresas como Tesla o Ford y otros medios han establecido que varios proveedores de la compañía Apple suspendieron sus envíos a la isla.
Ojalá que China no decida ir más allá de las escaramuzas limitares cerca de la isla de Formosa y que la calma vuelva a reinar en el mundo entero.