dbafe07a-d011-49d4-ae95-eb2aa9e967a0

 

Nadie es de hierro, de titanio o de acero.

Somos de carne, hueso, vértebras y órganos.

Y el más grande de todos: el corazón.

Ese mismo que muchas veces vence a la lógica,

que nos hace caer derrotados ante nuestro peor enemigo,

y que convierte el odio y el rencor en el sentimiento más sublime: el amor.

El corazón nos ciega, nos descontrola y nos enloquece.

Ese pequeño órgano es capaz de hacernos perder la razón.

A veces nos fortalece,

y otras veces nos llena de miedo,

ante lo desconocido…

y hasta ante lo que ya conocemos y tenemos.

¿Pero qué podemos hacer

cuando él palpita como una locomotora?

Simplemente… late.

Late por los sentimientos.

Así es nuestro corazón:

no sabe de lógica ni de razón.

Muchas veces nos hace cometer horrores,

nos hace creer que siempre tenemos la razón.

A veces es nuestro mejor aliado…

y otras, el enemigo perfecto

que nos conduce directo a una traición.

 

Autor: Jesús Méndez Cepeda

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *