Dío Astacio ante una decisión crucial

Tony Peña Guaba le aconseja no presidir el PRM-SDE para proteger su gestión y la unidad del partido
Por: Primitivo Gil.
En un contexto político en el que la prudencia y la estrategia son valores tan escasos como valiosos, el reciente consejo del líder perremeísta Tony Peña Guaba al alcalde de Santo Domingo Este (SDE), Pastor Dío Astacio, adquiere una dimensión trascendental para el futuro del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y, sobre todo, para la gobernabilidad y desarrollo de la demarcación más poblada del país.
Durante un abordaje por parte de la prensa local, Peña Guaba fue categórico al recomendarle al alcalde que no aspire en estos momentos a presidir el PRM en el municipio de SDE. A su juicio, esa decisión sería “incompatible” con su actual rol como ejecutivo municipal. ¿Por qué? Porque en política, como en toda estructura institucional, hay momentos para dirigir desde la administración y otros desde lo partidario. Confundir los dos roles podría ser un error de cálculo estratégico con consecuencias profundas para el partido, la gestión local y la estabilidad institucional.
¿Aceptará el Pastor Alcalde Dío Astacio el Sabio Consejo de Tony Peña Guaba?
El valor del consejo
Tony Peña no habla por hablar. Representa una voz autorizada dentro del PRM, con una trayectoria marcada por la sensatez, el análisis y la visión de largo alcance. Su advertencia no es una desautorización al liderazgo del alcalde, sino un llamado a preservar el equilibrio, a evitar una dualidad de funciones que, lejos de fortalecer, podría dividir y debilitar tanto la estructura partidaria como la gestión municipal.
¿Por qué no es conveniente?
Ser alcalde de Santo Domingo Este, el municipio más complejo y diverso de la República Dominicana, ya es un desafío monumental. Requiere atención total, capacidad de ejecución, cercanía con la gente y visión de transformación. A esto se suma el peso simbólico y político que representa gobernar un territorio con un legado tan marcado por el fenecido alcalde Juancito de los Santos, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), cuya impronta aún gravita en la memoria colectiva del municipio.
Convertirse además en presidente del PRM en SDE implicaría para Dío Astacio asumir el peso de la dirigencia interna, gestionar conflictos, armonizar aspiraciones, arbitrar disputas y coordinar estrategias electorales. Esta concentración de poder no solo generaría tensiones internas, sino que podría restar efectividad a su actual gestión, comprometer la neutralidad institucional y, peor aún, minar la imagen de imparcialidad que demanda el liderazgo municipal.
Incompatibilidad funcional y riesgo político
El PRM necesita afianzarse como partido de gobierno, con ejemplos locales de buena gestión, eficiencia y unidad. La posible aspiración del alcalde a la presidencia del PRM-SDE podría interpretarse como un movimiento hegemónico que despertaría recelos entre otros líderes locales, generando divisiones innecesarias y debilitando el frente político municipal de cara a las elecciones del 2028.
Más allá de lo administrativo, el riesgo es político. Un PRM dividido en su principal plaza electoral podría mermar su hegemonía territorial, abrirle espacio a la oposición y erosionar las bases de su proyecto nacional. Las aspiraciones personales deben postergarse cuando amenazan con comprometer los objetivos mayores.
¿Aceptará Dío Astacio el consejo?
Esta es, quizás, la pregunta clave. Si lo hace, si demuestra madurez política y humildad estratégica, Astacio podría consolidarse como un verdadero estadista, proyectándose a posiciones aún más relevantes dentro del espectro nacional o incluso en el plano internacional. Un gesto de sensatez ahora podría convertirlo en una figura respetada más allá del PRM, en un referente de lo que debe ser el nuevo estilo de ejercer el poder.
No se trata de renunciar a su liderazgo, sino de ejercerlo con inteligencia. Renunciar a la presidencia local del partido no es un paso atrás, es un movimiento táctico hacia adelante. En la política moderna, saber cuándo no insistir en una posición también es una muestra de fortaleza y visión.
¿Un nuevo modelo político?
El PRM está ante una oportunidad histórica: renovar la cultura política de partidos en República Dominicana. Pasar del caudillismo a la colaboración, del choque dirigencial a la armonía institucional. Y en esa ruta, Dío Astacio puede jugar un rol estelar si logra convertirse en el símbolo de esa transformación. No como el “mesías político” que muchos quieren ver, sino como el líder equilibrado que el momento exige.
Si toma este buen consejo, contribuirá a forjar un nuevo estilo de administración del poder: más participativo, más respetuoso de las estructuras y más consciente del impacto que tiene cada decisión en el bienestar colectivo.
Porque al final, de eso se trata la política: de servir al país, no de servirse de él.
El autor: Primitivo Gil, Mercadologo,
Comunicador, periodista y director de medios (TPM), especialista en RRPP. (“Todo en el Punto TV” y del periódico digital www.todoenelpunto.com).
Sábado, 21 de junio 2025.